Hoy, te contamos los trucos que nadie te contó a la hora de limpiar. Sabemos que la pereza nos domina cuando llegamos a casa, y por eso, alguien inventó los trucos.
Quitar las manchas –permanentes- de la alfombra.
Las alfombras son las que más acumulan suciedad. Todo acaba en ellas. Lo peor es cuando esa suciedad, que normalmente se suele ir con ayuda de nuestra amiga la escoba, se convierte en un manchurrón de proporciones épicas. Llegan el caos y las preguntas. ¡¿Cómo quito esta mancha?! Olvídate del detergente si estabas pensando en él. La clave es el vinagre. Sí, suena extraño, pero si lo mezclas con un poco de bicarbonato y dejas actuar puedes despedirte de esa inoportuna mancha.
Migas en la tostadora, no gracias.
A todo el mundo le gustan las tostadas, pero, a muy pocos las migas que dejan en la tostadora. Si no te hacen gracia, y prefieres ignorarlas, la próxima vez habrá más, y así cada día que pase… Pero tranquilo, existe un truco para deshacernos de ellas. Un cepillo de dientes seco. Tan sólo tienes que barrer las migas y tendrás una tostadora como el primer día.
Limpiar el horno sin morir en el intento.
Siempre que usamos el horno pensamos que ensuciaremos menos, y es cierto, pero con una pega: el horno también se ensucia. Éste no es un electrodoméstico que se suela limpiar día si día también, pero acumula mucha más suciedad de lo que imaginamos. Para no asfixiarnos con productos de limpieza de horno hay un truco que nos alegrará mucho la vida. Tan simple como una pastita de bicarbonato y agua, sólo hay que frotar con ella el horno y dejar reposar durante una hora y ya lo podremos retirar. Para rematar la faena, enciende el horno a temperatura suave durante 20 minutos con una jarra de vinagre y pasar un trapo. Tu horno quedará más brillante que el primer día.
¿La tabla se limpiaba sólo con agua?
No, nunca, ni las de madera ni las de plástico, ninguna. Límpiala siempre con agua y con jabón. El agua por sí sola no puede deshacerse de las bacterias de la comida. Después, (y este es el truco) si tu tabla es de madera pon un poco de sal y restriega un limón. Con esto conseguirás que te quede como los chorros del oro y tenga un aroma agradable. Si tu tabla es de plástico, este truco también te sirve, sólo tienes que cambiar el limón por una naranja.
En mi alcachofa cal no, gracias.
Solemos limpiar el baño todas las semanas, algunos lo harán todos los días, pero, siempre hay una parte que se resiste: la alcachofa. Siempre acaba llenándose de cal. No lo podemos evitar. Por mucho que lo limpiemos siempre quedan trocitos que no conseguimos quitar. Pero esto se ha acabado. El truco es sumergir la alcachofa en vinagre durante una hora para decirle adiós a la cal.
¿Qué pasa con el resto del baño?
Es cierto, la cal sigue persiguiéndonos por el baño. Para limpiar las marcas de cal o de agua de los grifos de acero inoxidable lo ideal es usar media naranja como si fuera una esponja. También, actuará como barrera impermeable para que resbale el agua la próxima vez que lo uses.
Los dientes y el cepillo siempre limpios.
Nos lavamos los dientes tres veces al día, le ponemos mucho empeño para que nos queden muy limpios, pero ¿después que? No le prestamos atención a nuestro cepillo, lo abandonamos en su recipiente junto al dentífrico y ahí se queda. Claro, así acumula suciedad. Para que esto no pase y tener un cepillo limpio de verdad lo que hay que hacer es sumérgelo en agua con vinagre durante toda la noche, así las bacterias desaparecerán.
Las zapatillas como el primer día.
El mundo se divide entre los que les gustan las zapatillas impolutas y los que las prefieren muy usadas. Tanto si te gustan impolutas como si te gustan usadas (en algún momento tienen que volver a su pulcro origen), este truco te gustará: usa pasta de dientes. Aplícala con una almohadilla sobre la parte blanca de la zapatilla y listo.
Di adiós a los pelos de animales.
Los animales hacen mucha compañía, pero también manchan. Y mucho. Sobre todo si hablamos de pelitos. Y lo mejor es que la mayoría de los perros y gatos tienen un pelo tan fino que no puede ser eliminado solo con una escoba o una aspiradora. Pero tranquilo, la solución es muy sencilla. Con un guante de goma seremos capaces que recoger todos los pelos de nuestros queridos compañeros.
