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Protocolo de limpieza de oficinas

La limpieza de oficinas es un tema que nos preocupa y queremos ayudar a las empresas que quieran contratar nuestros servicios. En Grupo Floridablanca conocemos a la perfección cuáles son los mejores protocolos de limpieza en cada zona para conseguir un entorno saludable y productivo y por eso queremos explicar algunas de las claves para la limpieza de oficinas en este artículo.

¿Cuál es la importancia de los protocolos en la limpieza de una oficina?

Una correcta limpieza de las oficinas no solo es vital para evitar el contagio de enfermedades, sino que también es necesaria para preservar el mobiliario y el material fungible. Asimismo, hay una parte de los trabajadores de oficinas que tienen alergia a los ácaros y/o al polvo, por lo que consideramos que la eliminación de estos restos también repercutirá positivamente en el mantenimiento de su salud. Esto, inevitablemente, ayudará a mejorar el rendimiento de los empleados y, por tanto, también el de la empresa.

Ahora bien, queremos comentar por qué sabemos que los protocolos funcionan. Al utilizar unas pautas indicando los métodos de desinfección y los productos empleados en cada caso, se garantiza una uniformidad en la limpieza. Es decir, que todos nuestros empleados lo hagan de forma efectiva e idéntica. Por así decirlo, el protocolo es la guía de cómo se ha de limpiar de la forma más efectiva para cada espacio en particular (ahora, las oficinas). Por eso, seguirlo con todo detalle es nuestra premisa fundamental.

Antes de pasar a las pautas de limpieza en oficina, nos gustaría resaltar que una oficina limpia también da una imagen de fortaleza a los clientes. Estos se sentirán cómodos al entrar y los trabajadores también estarán más motivados, por lo que todo influye en el funcionamiento de las empresas.

Pautas sobre la limpieza de oficinas

Las pautas de limpieza son un resumen de lo que aparece en los protocolos. Y es que en las oficinas existen multitud de aparatos, documentos, archivadores y materiales que son diferentes y que requieren una limpieza diferenciada. Por ejemplo, no se limpiaría del mismo modo un archivador de cartón que un ordenador que tiene conexiones eléctricas.

Así, se hace una distinción bastante clara entre mobiliario, pavimentos, aparatos electrónicos y un cuarto grupo en el que entrarían otros objetos de índole personal que utiliza cada trabajador durante la jornada.
En el caso del mobiliario, es imprescindible la retirada de polvo, como comentábamos antes. Lo ideal sería que la limpieza fuera diaria, pero en caso de fines de semana o festivos, podría paralizarse hasta la vuelta al trabajo. Para ello, se pueden utilizar trapos específicos que atrapen todas las motas. Salvo casos puntuales de derrame de líquidos o manchas de otro tipo, esta es la acción prioritaria sobre los muebles.

En cuanto a los pavimentos, dependerá del tipo de material: suelos duros, moquetas… Los suelos duros naturales se limpiarán con una mopa de algodón y para el fregado, con agua y jabón neutro. Los artificiales permiten el uso de detergentes. Y en el caso de moquetas, el cuidado es más delicado, pues hay que utilizar aspiradores, así como máquinas de inyección y espuma seca.
Por último, está el caso de los aparatos electrónicos (ordenadores, impresoras). Su uso manual hace que se acumulen microorganismos y es necesario desenchufarlos y utilizar productos poco agresivos, añadiéndolos primero a un trapo que después utilizaremos para limpiar la superficie.

En definitiva, la limpieza de oficinas es básica, pero hay que hacerla siempre de acuerdo a unos protocolos muy claros. En Grupo Floridablanca nos preocupamos por la salud de las personas y por eso cumplimos estrictamente lo que estos documentos dictan. Los protocolos son fruto de una amplia investigación y prueba sobre las oficinas, de ahí la importancia de utilizarlos siempre.